jueves, 22 de diciembre de 2016

Pueblo truhán





Los Costarricenses no perdemos la oportunidad para quejarnos de lo corruptos que son los políticos, de cuánto nos decepcionan, de lo mal que está el país por causa de sus malas decisiones. No es debatible el hecho de que una y otra vez nos enteramos de cómo el gobierno nos roba y como esto evidentemente ha hecho que la sociedad se canse de creer.
Pero también nos hemos convertido en una sociedad hipócrita que no se cansa de avociferar los errores de un gobierno corrupto pero en cambio calla y peor aún se olvida que también la corrupción que nosotros como pueblo cometemos afecta a esta país aún,en cuando en una escala no sea ni comparable con las grandes chorizos del estado. Somos nosotros todos los costarricenses inclusive quienes solo no hacemos nada,partícipes del asesinato de la transparencia de este país.
Con la rifa de la lotería del gordo navideño y la desesperación de muchos por obtener los últimos pedacitos de lotería saltaba a la luz como por un poco de plata la gente pierde la decencia.
Revendedores vendiendo en 500 o mil colones más, la fracción del número excusándose con que eran sus últimos números. Con tal seguridad y pertinencia que uno hubiera podido pensar que esto tenía algún sentido.
¿No es corrupción cobrar más de la cuenta por algo ya establecido? ¿No es corrupción que personas no autorizadas se beneficien con un sorteo,que es hecho para mejorar la calidad de vida de un sector muy específico?
Nosotros como país somos los grandes patrocinadores de este fraude, no tenemos la firmeza para decir no y hasta que no lo hagamos los estafadores van a seguir teniendo a quien estafar.

Es irracional seguir criticando indignados lo ladrones que son los políticos cuando nosotros estamos saqueando este país de quinientos en quinientos, o comprando a vendedores ambulantes que por supuesto,van a vender más barato, pues sin pagar impuestos ni local pueden sacar una ganancia a un precio más cómodo.
A usteded ni a mí nos gusta que nos roben, y odiamos la delincuencia. Pero le informó que si usted compro un bolso en la calle porque valía la mitad usted es un delincuente, y no sólo le roba a un pobre comerciante que en su afán por hacer todo acorde a la ley no puede cobrarle lo que a usted le da la gana pagar porque cree que es justo. También le está robando a este país, irónicamente se está robando a usted mismo.

Cuando seamos un país totalmente transparente, que vende y compra bajo los términos legales, cuando paguemos a tiempo los impuestos, cuando solo quienes deben vendan lotería y al precio que manda la junta y cuando veamos qué algo esta mal y lo denunciemos.
Ese día, sintámonos con el derecho no de criticar si no de exigir la transparencia que realmente merecemos.


"No se puede ser y no ser algo bajo el mismo tiempo y el mismo aspecto"
Aritosteles

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